Diego de Alamagro, (@JUNJI_Chile). En el medio del desierto de Atacama, el más árido del mundo, está inmersa la comuna nortina de Diego de Almagro. Allí el Jardín Infantil “Blanca Nieves” intenta hacer lo que pareciera imposible. Plantar, forestar y cultivar desde la tierra. Pero no solo eso, los cerca de 100 niños y niñas aprenden una cultura ecológica que busca irradiar al resto de la comunidad educativa e incluso a todo el país.
Con este proyecto, el establecimiento de administración directa de la Junji Atacama, fue seleccionado por el Departamento de Calidad Educativa como uno de los 17 centros de colaboración para la innovación pedagógica a nivel nacional.
El equipo educativo trabaja desde hace más de 20 años por promover y fortalecer el desarrollo de estilos de vida saludables y una educación para la sustentabilidad. ¿Cómo lo han hecho entonces para innovar a lo largo del tiempo?
Su directora Elena Bugueño confiesa que cuando los destacaron por sus prácticas innovadoras se sorprendieron. “Pensábamos que innovar era hacer algo excepcional y único”, pero gracias a la capacitación de la Junji con el Centro de Sistemas Públicos de la Universidad de Chile se dieron cuenta que este concepto “se acerca más a cómo renuevas y cambias lo que has venido haciendo en tu propio centro educativo”.
En cada una de las dos aulas de sala cuna y tres de niveles medios hay huertas donde las niñas y los niños aprenden desde sus primeros años sobre educación para el desarrollo sostenible en contacto con la naturaleza. Así, han podido sembrar y cosechar una variedad de productos como lechugas, papas y zanahorias, las que ellos mismos luego preparan como alimentos junto al equipo educativo.
Así también, han extendido la colaboración con redes como Conaf y empresas mineras fotovoltaicas, gracias a las cuales hoy cuentan con un invernadero y elementos de jardinería para los párvulos. Este “manto verde” no solo se ha extendido por las inmediaciones del jardín infantil, si no que también en casas de reposo de adultos mayores de la comuna. Viejos y niños han intercambiado lazos en torno a la forestación y plantación de especies autóctonas, que requieren poco consumo hídrico.
Además, este equipo educativo fue distinguido para participar de las Pasantías Internacionales en Toronto en 2019, lo que trajo consigo el replanteamiento de la reflexión pedagógica y practicar una mentalidad de crecimiento.
“Aprendimos a potenciar la reflexión, la documentación y registro de las experiencias. Fue muy significativa esta pasantía y cambió muchas cosas dentro del equipo. Hemos revisado todos los conceptos en educación parvularia y dialogamos acerca de cómo verlos de una manera diferente y construir colectivamente. En la interacción con las niñas y niños nos mostramos como profesionales que potenciamos la curiosidad propia de la niñez y buscamos transmitirles amor por el aprendizaje”, explica la encargada del establecimiento.
La subdirectora de Calidad Educativa de la Junji Atacama, Silvia Ponce, cuenta que “es un orgullo para nuestra institución que el Jardín Infantil “Blanca Nieves” haya sido seleccionado como el primer centro de colaboración regional de Atacama. Ya que el trabajo que han desarrollado da cuenta del gran compromiso del equipo educativo con la formación continua, a través de la reflexión y pensamiento crítico han buscado soluciones colaborativamente, forjando un consolidado proceso de innovación en sus prácticas pedagógicas. Ellas representan el espíritu investigador de las comunidades educativas de Atacama, quienes se desafían permanentemente en pos de posicionar la educación de la niñez como un valor público de la comunidad y sociedad en general”.