Estudiar Educación Parvularia fue una prioridad en la vida de Marcela, especialmente, porque sentía que más allá de formar una familia debía canalizar su amor por las niñas y niños desde un área tan importante como la educación. Desde esa decisión ya han pasado 14 años y su acercamiento a la JUNJI se concretó tras realizar su práctica profesional en uno de los establecimientos de la institución que, para Marcela, siempre significó un referente en la educación parvularia. “En esos años, era un sueño ser parte de la JUNJI, era todo un desafío”, confiesa.
Y dentro de este camino recorrido hace tres años asumió la dirección del Jardín Infantil “Estrellita del Desierto”. Reconoce que “adora” el trabajo realizado allí, ya que como unidad educativa han logrado impulsar un trabajo en equipo y en sincronía con las redes cercanas, lo que es ampliamente reconocido por la comunidad de la zona. “Ha sido todo un reto (…) pero con el paso del tiempo y la consolidación del equipo estamos orgullosas de los logros alcanzados y que se reflejan, por ejemplo, con la medición 2017 del Modelo de la Gestión de Calidad de la Educación Parvularia donde quedamos número 11 en el ranking nacional y en Tarapacá logramos el puesto número 1”, destaca Marcela.
En esa línea, la directora remarca que el resultado obtenido es consecuencia del trabajo realizado por todo el equipo educativo, las asesorías prestadas por la subdirección técnica de la dirección regional de la JUNJI y, por sobre todo, por el gran clima laboral y familiar que se vive al interior del jardín infantil. “Somos una gran familia, incluso tenemos una coordinación para trasladarnos desde Iquique a Huara. Nos reunimos y viajamos por un poco más de una hora y en ese camino vamos fortaleciendo los lazos que repercuten de una manera positiva en el trabajo que impulsamos hacia los niños y niñas”, sostiene la directora.
Estrellitas del desierto
Marcela Acosta se muestra contenta de trabajar en la comunidad rural, especialmente, porque impulsa un trabajo territorial importante al generar alianzas con otros jardines infantiles ubicados en la provincia, con quienes comparte experiencias pedagógicas exitosas “donde la pertinencia en cada una de ellas es fundamental. Contamos con muchos párvulos y apoderados que provienen de otros pueblos, por lo que es necesario motivarse y acercarse a ellos para trabajar en sintonía con la inclusión a través de la interculturalidad”, subraya.
Lo anterior –agrega- se inserta en la calidad educativa desde la primera infancia que busca promover la JUNJI en cada región del país, por lo que “trabajamos en esa dirección llevando materiales didácticos y contenidos similares a lo de las comunas urbanas. Las familias reconocen y agradecen las gestiones de la institución, porque impulsamos una labor tan exigente como en cualquier lugar y se ve el interés de las mamás, papás y apoderados por ser partícipes de todo lo que hacemos. Incluso han cambiado de opinión y comprenden que el jardín es una gran instancia y lugar para el desarrollo de sus hijas e hijos”.
Por otro lado, Marcela destaca que “Estrellitas del Desierto” cuenta con una Educadora de Cultura y Lengua Indígena (ELCI) que junto al apoyo del equipo refuerza el respeto por las tradiciones locales y realiza entretenidas actividades con el apoyo de materiales didácticos con pertinencia Aymara. “Tenemos una INTITECA (mueble de madera tipo cómoda) que guarda el material didáctico, lo que permite que nuestras niñas y niños sean protagonistas de sus aprendizajes, ya que en cada cajón se pueden encontrar títeres, rompecabezas, vestimentas e instrumentos musicales que nos permite como jardín trabajar la interculturalidad”, concluye.