Son las 8:30 de la mañana en Victoria —comuna de 30 mil habitantes en la región de la Araucanía— y en la Sala Cuna “Ayilen Antu”, que significa sol sonriente, los lactantes y párvulos de dos años de edad, llegan con sus familias a una nueva jornada, pero no una común.
A pesar de su corta edad, una vez que son recibidos por las educadoras, cada uno escoge en completa libertad a qué espacio pedagógico o atelier quiere dirigirse, y allí juegan, exploran y descubren siendo protagonistas de sus aprendizajes. Por su parte, las técnicas en párvulo y educadora de sala se dedican a observarlos y solo intervienen cuando el niño y niña lo requiere.
Para que esto resulte de manera exitosa, nada se deja al azar. El día anterior, el equipo educativo monta los ateliers, que son espacios inspirados en la filosofía Reggio Emilia, de característica dinámica, de múltiples posibilidades, con ambientes y una estética que invita al aprendizaje y creatividad.
Esta metodología comenzó a ser aplicada tras la pasantía internacional de la Junji a Barcelona; la directora de la sala cuna, Jéssica Otárola, junto a la educadora Bárbara Caro, viajaron hasta Rosa Sensat con la idea de reflexionar sobre su práctica pedagógica; los espacios educativos que estaban implementando y el protagonismo que le estaban dando a los párvulos.
“Nos dimos cuenta que si bien creíamos en la libertad y autonomía de los niños y niñas, teníamos que dar un vuelco a nuestra metodología, mejorarla y profundizarla para lograr esto en pleno”, explica Otárola. A su regreso, explica que compartieron sus conocimientos con el resto del equipo educativo y con los otros jardines infantiles de la región e iniciaron la implementación del proyecto.
En la sala cuna actualmente se encuentran habilitados cuatro espacios pedagógicos: el Atelier del Arte, que invita a niñas y niños a expresarse a través de la plástica y las artes; el Atelier de la Imaginación y la Creatividad, que favorece el disfrute por la lectura y distintas expresiones literarias. Este ambiente contiene espejo a su altura, un teatrino para cuentacuentos, entre otros recursos.
También está el Atelier de la Exploración, para la manipulación de objetos de la vida cotidiana, elementos de la naturaleza y cestas de tesoros, entre otros. A los anteriores, se agrega el Atelier de la Estimulación Sensorial, que promueve el desarrollo cognitivo, la integración socio-afectiva y las experiencias sensoriales y motrices.
Recientemente esta sala cuna fue reconocida con el Fondo de Innovación de Educación Parvularia, FIEP, que entrega por primera vez la Subsecretaría del sector. Con estos recursos podrán abrir un nuevo ambiente: el Atelier Interactivo, espacio que contará con alfombras magnéticas, paredes de agua y mesas de luz, entre otros, que favorecen las interacciones autónomas de los párvulos y genera en ellos el desarrollo del pensamiento lógico matemático.
Karla Pía Correa, subdirectora del Departamento de Calidad Educativa de Junji Araucanía, destaca la convicción de este equipo pedagógico en atreverse a innovar. “Valoramos profundamente el compromiso, vocación y proactividad que han tenido; han sido muy valientes, porque la innovación requiere riesgos y ellas se han atrevido a nuevas metodologías. Como Dirección Regional estamos abiertos a aprender en conjunto, trabajando para que exista confianza mutua y mayor horizontalidad, para desarrollar estrategias en conjunto con miras a cumplir con los desafíos de la Educación Parvularia de hoy”.
Estética y materiales nobles
En la Sala Cuna Ayilen Antu dan énfasis a “la pedagogía de la vida cotidiana”, con una estética armónica del lugar. Por ejemplo, a la hora de almuerzo, los niños comen sentados en mesas con mantel blanco y utilizan vasos —primero de plástico transparente— y cuando ya tienen dominio, de vidrio, emulando lo que serían las tareas cotidianas del hogar.
Los recursos didácticos son de materiales naturales y nobles, como la madera, y provenientes del territorio donde está inserto, como piñones, castañas y lana de oveja. Además, cuentan con un proyecto de innovación asociado a un invernadero muy cuidado y un sistema de reciclaje donde niños y niñas interactúan a diario. Ambas iniciativas responden a su sello medioambiental.
La experiencia de innovación de este establecimiento, que releva el protagonismo de niños y niñas, se centra en disponer de todos los ambientes como espacios de aprendizaje, donde los recursos pedagógicos invitan a la acción del niño y niña en un contexto donde el adulto guía, acompaña y documenta los procesos.
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