Comienza a sonar la música en una de las salas del jardín infantil “Semillitas”. De inmediato, y sin mediación de algún adulto, las niñas y niños del recinto educativo ubicado en el sector Tacora II de Arica empiezan a realizar bailes y movimientos con plena libertad. Y es que esta práctica educativa ya forma parte de los párvulos y educadoras, quienes ven cómo a través de la danzaterapia han podido disminuir los niveles de ansiedad entre los párvulos.
Desde una esquina Jocelyn los observa relajados, felices y disfrutando. Existe en ella alegría y orgullo, pues en sus ocho años como educadora de párvulos de la JUNJI Arica y Parinacota, es una de las profesionales que lidera esta terapia artística. “Es una forma de ver la vida, de no tener miedo, de sentir y expresar los sentimientos y emociones mediante melodías motivantes para los niños y niñas. Por sobre todo buscando que se desarrollen, respetando su bienestar psíquico y físico”, señala.
Jocelyn señala que esta práctica pedagógica se gestó en la unidad educativa en respuesta a la inquietud de ella y de su equipo de desarrollar nuevas metodologías que fueran innovadoras e inclusivas, considerando que el jardín infantil es reconocido en esta área por la comunidad. De esta forma, la directora del establecimiento, Gloria Pastenes, les propuso interiorizarse respecto a la danzaterapia, lo que significó posteriormente la adjudicación de un Fondo Concursable institucional que permitió que todo el personal se capacitara respecto a este método. Con las herramientas técnicas en sus manos, todo el equipo del jardín “Semillitas” se puso como objetivo el promoverla, incorporando además el juego, la dramatización y todo cuanto les permita a las niñas y niños sentirse a gusto y expresar sus emociones.
En esa línea, la educadora de párvulo manifiesta que “lo que más me gusta es la posibilidad de volver a jugar, disfrutar con ellos y ellas, crear vivencias en las cuales todos aprendamos, potenciando la curiosidad, el desplazamiento y la autonomía, entre otras cosas. Puedo mencionar también que los niños y niñas tiene esa espontaneidad, que los adultos por vergüenza perdemos, los niños y niñas nos enseñan a vivir sin rencores y se expresan según sus emociones”.
Respecto a los resultados, Jocelyn se siente feliz y agrega que niñas y niños “han mejorado la motricidad, su expresión corporal, su manera de relacionarse, el respeto por el otro, el autocontrol. Además desaparecieron conductas disruptivas, se notan más amigos y amigas entre ellos. Las familias notaron cambios en los niños, pues ahora conocen un amplio repertorio de música y danzas. Los párvulos con alguna necesidad se involucran y participan de forma activa en el proyectos, sin hacer ninguna diferencia”. Además, se siente orgullosa de que cada paso que han dado a través de esta experiencia ha sido en sincronía con las familias, quienes se sienten emocionados y felices de poder participar de esta iniciativa.
Finalmente, Jocelyn Cuadra reflexiona sobre el trabajo diario que lidera junto al equipo educativo de “Semillitas” y los efectos positivos que han podido observar en los párvulos. Un trabajo transversal que muestra su compromiso con las niñas y niños, así como su agradecimiento con cada una de las educadoras del jardín. Innovar, crecer como profesional y a través de ello beneficiar a toda la comunidad educativa, es un sello que caracteriza su trabajo. “Los invito a que se informen de la danzaterapia, los múltiples beneficios que trae, que es increíble lo que se puede lograr solo utilizando la música y el cuerpo. Nunca dejar de estudiar y adquirir nuevos conocimientos que engrandezcan el ámbito profesional y personal. Enseñar con convicción. A los niños que sean felices, que ya llegará el tiempo de ser serios, que jamás dejen de jugar y crear. Yo los comparo como mariposas, que las educadoras de párvulos los ayudamos a levantar las alas, pero están listos para volar”, concluye.