Uno de los pilares de la JUNJI es la educación inclusiva. Nuestros jardines y programas educativos promueven la interculturalidad, reciben a niños y niñas en situación de discapacidad y a hijos de inmigrantes en condición irregular o refugiados.
La educación parvularia debe abrirse a la riqueza de la diferencia, basada en un concepto de educación inclusiva, que lleva a la transformación social y a una sociedad más democrática, acogedora, solidaria y respetuosa.
El referente curricular de la JUNJI señala que la educación inclusiva significa “construir una comunidad educativa que se prepara a recibir y educar a todos los niños y niñas, independiente de sus características y condiciones particulares, con necesidades educativas especiales, culturales, sociales y de género, resguardando lo que nos diferencia como seres humanos”.
Situación de discapacidad
Es muy importante que los párvulos en situación de discapacidad accedan al sistema educativo. Actualmente, contamos con una matrícula de 2 mil párvulos en alguna situación de discapacidad. Todos nuestros programas educativos reciben a párvulos con necesidades que pueden ser temporales, a causa de problemas específicos de lenguaje; situaciones de privación socio-cultural o afectiva; retrasos madurativos; alteraciones emocionales o permanentes, asociadas a deficiencias auditivas, visuales, motrices o intelectuales, entre otras.
Trabajamos de manera conjunta con el Servicio Nacional de la Discapacidad, Senadis, Teletón y Fundación Luz, entre otros.
El ambiente afectivo:
- El currículum educativo de los jardines o programas de educación inicial debe construirse para todos y todas. Una educación inclusiva es aquella capaz de entregar respuestas de calidad oportunas a la diversidad. Es muy importante el ambiente afectivo del jardín infantil, la sala cuna o el programa educativo.
- Es importante que el equipo educativo se apoye con profesionales especialistas como terapeuta ocupacional, kinesiólogo, médicos, etc.
- Otro tema importante es que la infraestructura educativa debe ser de acceso universal; es decir, con rampas, puertas que permitan el acceso en silla de ruedas, barandas, pasillos amplios y parejos.
- Para los niños con discapacidad visual es relevante cuidar que no le lleguen directo a los ojos reflejos de la luz solar.
- Hay que adaptar los materiales didácticos a niños y niñas con diferentes discapacidades. Por ejemplo, en el caso de ceguera o baja visión, procurar que tengan relieve, y verificar que la relación figura-fondo de las letras o de figuras sea la más adecuada. Por ejemplo, se puede usar micas de colores.
- Siempre tener presente las dificultades físicas, sensoriales o de atención de los niños y niñas.
- Utilizar y facilitar formas de comunicación como lenguaje a señas, tableros de comunicación, etc.