Santiago, (@JUNJI_Chile). El cambio de horario de este sábado 2 de abril pasado genera un desequilibrio en las rutinas de las familias y que a las niñas y los niños les afecta más. Es clave que se les acompañe y se preste atención a cómo se sienten, cuánto comprenden de lo que está pasando y su contexto de confinamiento en casa.
Lo primero que se recomienda es ser flexibles y sensibles con las niñas y los niños en este cambio de hora en medio de la pandemia sanitaria del COVID-19.
Recomendaciones:
- Acostumbrarse a este nuevo horario, será un proceso paulatino, que con un acompañamiento respetuoso y de ajuste gradual de las rutinas, permitirá que niños y niñas vivan saludablemente este tránsito.
- Es relevante considerar que nos encontramos en un contexto distinto al de años anteriores, por lo que este cambio puede afectar de manera distinta a las niñas y niños y por lo tanto las estrategias familiares anteriores, puede que deban ser ajustadas.
- Ajustar las rutinas de las niñas y niños de diez o veinte minutos cada día.
- Es relevante que los cambios de horarios sean compartidos por el resto de los integrantes de la familia, para generar un proceso de ajuste coherente en todo el núcleo.
- Se sugiere explicarles qué es lo que ocurre con este cambio de horario. Por ejemplo, podemos invitarles a cambiar juntos un reloj de la casa o hacerles notar los cambios de luz en los horarios en que hacían sus rutinas habituales.
- Al momento de conciliar el sueño, se puede procurar mayor tiempo para acompañarlos amorosa y respetuosamente, con más cuentos, masajes y canciones.
- El cambio de horario puede ser una oportunidad de diálogo al interior de la familia, respecto a las estaciones del año, la luz del día, las noches más largas, la llegada del otoño. En la medida que los adultos enfrenten con la mayor naturalidad, anticipación y consciencia posible este cambio, se facilitará el proceso para los niños y niñas.