Santiago, (@JUNJI_Chile). El Portafolio para la Innovación Pedagógica, elaborado por el Departamento de Calidad Educativa de la Junji, reúne prácticas de jardines infantiles que son reconocidos por la transformación de sus procesos y la reflexión crítica colectiva de las comunidades en favor de mejorar la calidad de los aprendizajes en niñas y niños.
El documento está conformado por fichas de 16 unidades educativas de las cuales una mitad fue seleccionada durante 2019-2020 y la restante en el periodo 2020-2021. El listado de las prácticas seleccionadas es el siguiente:
Jardín Infantil Tortuguita, Arica y Parinacota: Niños y niñas al rescate de la cultura chinchorro. Así se denomina esta práctica educativa, la cual es reconocida por sus pares y comunidad. El equipo educativo ha logrado reconstruir junto a la niñez la memoria histórica y poner en valor a este pueblo originario del norte grande del país.
Jardín Infantil Florcita del Desierto, Tarapacá: Se destaca por la resignificación a su proyecto educativo. Establecieron un enfoque de educación socioemocional como aspecto esencial de su quehacer. Con actividades como yoga, aromaterapia, colorterapia, masajes, organización de espacios, se busca favorecer el buen trato, autocuidado y el respeto por el otro.
Jardín Infantil Tom y Jerry, Coquimbo: En esta unidad educativa se propusieron generar un espacio contenedor de felicidad, a través de la configuración de nuevos ambientes para el aprendizaje, que permitan el despliegue del protagonismo de niñas y niños para que disfruten, decidan y experimenten en contextos reales, jugando en espacios que contemplen su integralidad en función de sus gustos, necesidades e intereses.
Jardín Infantil Ñuke Mapu, Maule: El sello de esta unidad educativa es ecológico y cada uno de sus espacios está cuidadosamente intencionado y organizado con un sentido pedagógico. Primero, el equipo educativo se cuestionó sobre las prácticas estandarizadas y pensaron cómo transitar para dar más posibilidades a los niños y niñas. Se inspiraron en la pedagogía Waldorf y se apoyaron en el proyecto MAFA (Modelamiento de los ambientes físicos de aprendizaje) de la Universidad Católica.
Jardín Infantil Peumayen, Biobío: En la comuna de Coronel se ubica esta unidad educativa que se organizó y reflexionó para derribar barreras conceptuales y teóricas que dificultan su quehacer, para plasmar nuevas concepciones, sobre todo en la implementación de los ambientes de aprendizaje. El camino recorrido ha sido todo un desafío, que les ha permitido contar con espacios estéticos, desafiantes y novedosos.
Jardín Infantil Las Abejitas, La Araucanía: Más de 150 niños y niñas atiende esta unidad educativa ubicada en Temuco. El equipo educativo ha innovado con interesantes instalaciones pedagógicas que dan cuenta de una selección y organización estética e intencionada de los materiales y recursos, de origen natural o reciclados, inspirados en el enfoque Reggio Emilia.
Jardín Infantil Amancay, Los Lagos: En Río Negro, provincia de Osorno, se encuentra esta unidad educativa donde buscaron transitar hacia una práctica pedagógica centrada en la reflexión crítica y la búsqueda por fortalecer la autonomía, identidad, seguridad y confianza de las niñas y niños, para relevar su desarrollo personal y social. Para esto, se inspiraron en el método Pikler.
Jardín Infantil La Centollita, Magallanes: Este Programa Educativo Modalidad Comunidades Indígenas, es el jardín infantil más aislado de Chile, al extremo sur del país. Se ubica en la isla Wellington, al interior del Parque Nacional Bernardo O’Higgins. Este equipo educativo asumió como elementos centrales de su quehacer la cultura del pueblo originario Kawésqar y la riqueza de su entorno natural. Así, realizan un aprendizaje al exterior, caminatas y campamentos, donde los niños descubren su entorno y cultura.
Sala Cuna “Ayilen Antu”, La Araucanía: Fortaleciendo las prácticas pedagógicas bajo una mirada reflexiva. Así se llama el proyecto educativo destacado de esta unidad educativa ubicada en la provincia de Malleco y que atiende a 20 lactantes de hasta 2 años. El equipo decidió reflexionar, plantearse como mediadoras y reconstruir sus visiones sobre la niñez. Tras ese camino, han implementado diversos escenarios de aprendizaje en donde niñas y niños que asisten deciden y son considerados como protagonistas creadores.
Jardín Infantil “Los Guayabitos”, Tarapacá: El sello de esta unidad educativa es artístico. Desde este enfoque, se complementan y generan espacios inspirados en la filosofía de Emmi Pikler que potencien en la niñez aprendizajes de manera integral. La comunidad reconoce a las niñas y niños autónomos y seguros, conscientes de su cuerpo y de sus capacidades, con consciencia de sí mismos y de su entorno.
Jardín Infantil “Arcoíris”, Metropolitana: Es el único de la modalidad alternativa familiar de la Región Metropolitana. Se encuentra inserto al interior del Liceo Polivalente Olof Palme, en La Cisterna. La implementación de zonas exteriores y la inspiración reggio emiliana ha sido una de las innovaciones que se produjeron tras la pasantía internacional a Rosa Sensat, Barcelona. Así, se hacen esfuerzos para que exista un contexto que propicie el juego y el protagonismo infantil.
Jardín Infantil “Nueva Generación”, Metropolitana: Protagonista de mis saberes. Así denominaron a la práctica educativa innovadora en este programa alternativo laboral ubicado en Quinta Normal, al interior de la Escuela Básica España. Su encargada explica que reflexionaron acerca del ambiente de aprendizaje como tercer educador y se dieron cuenta que contaban con exceso de material sin una intencionalidad clara. Por lo que transitaron a una nueva concepción.
Jardín Infantil Los Patitos, Metropolitana: En un antiguo sector de Pudahuel, esta comunidad educativa se planteó una nueva pedagogía basada en el conocimiento del niño y la niña y el respeto por sus intereses. Para lograrlo, el equipo se puso en el lugar de la observación consciente del juego que despliegan los párvulos y la reflexión constante para ofrecer mejores oportunidades de aprendizaje.
Jardín Infantil “Caranguitos”, Tarapacá: En la provincia del Tamarugal, en Camiña, se encuentra esta unidad educativa compuesta por familias mayoritariamente aymaras. Tras las pasantías a Barcelona se dieron cuenta de la necesidad de habilitar un espacio para invitar a las familias a disfrutar con sus hijos e hijas y observarlos jugar y realizar experiencias significativas, en un ambiente tranquilo y acogedor, con acompañamiento del equipo educativo y otros especialistas.
Jardín Infantil “Los Aromitos”, Maule: Grandes, pequeños cultivando su futuro. Así se denomina esta práctica innovadora. Los más de 130 párvulos que asisten aprenden sobre la importancia de su entorno natural y del cultivo de la tierra. Esto les ha significado ampliar las experiencias de aprendizaje más allá del aula y cuidar la naturaleza.
Jardín Infantil “Piolín”, Atacama: Es uno de los más antiguos del país. Esta unidad educativa fue fundada en 1972 en Copiapó. El equipo educativo se dio que debían darse espacio para la reflexión de la práctica pedagógica de manera sistemática, como motor de las transformaciones. Y así, poder resignificar los espacios, las interacciones y tener una visión compartida acerca de la niñez.