Chañaral de Aceituno, (@JUNJI_Atacama). A 132 kilómetros al sur de Vallenar se encuentra la caleta Chañaral de Aceituno, habitada en su mayoría por familias de pescadores y agricultores que mantienen producción de olivares y manejo de caprinos como fuente de ingresos.
Una zona que aún mantiene una difícil conexión, pero que tras meses de gestión recibió una de las mejores noticias: la oportunidad de recibir educación parvularia de calidad para niños y niñas del sector a través del Programa de Mejoramiento y Atención a la Infancia (PMI) de la Junji Atacama.
A la ceremonia de inauguración llegó el intendente de Atacama, Patricio Urquieta, en compañía de la subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro; la vicepresidenta ejecutiva de la Junji, Adriana Gaete; la directora regional(s) de la Junji Atacama, Elena Martin y la seremi de Educación, Náyade Arriagada.
Las autoridades, que compartieron con las familias, relevaron el rol que tuvo la comunidad y los dirigentes sociales para concretar este proyecto tras liderar un proceso de recaudación de recursos (cerca de $7 millones) que les permitió construir la casa que albergará lo que hace algún tiempo era solo un proyecto.
En la oportunidad, la vicepresidenta ejecutiva de la Junji, Adriana Gaete, destacó que este proyecto “recibió la recepción de la Junji Atacama, quien se comprometió desde ese día a mejorar las condiciones de infraestructura y entregar la implementación pedagógica necesaria. Y ver este resultado nos motiva a seguir comprometidos por otorgar más y mejores oportunidades para que niñas y niños de todo Chile accedan a una educación de calidad y pertinente. La educación comienza aquí”.
En esa misma línea, la subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro, señaló que “no se equivocan las familias de esta localidad cuando deciden poner todo su foco en la educación y específicamente en la educación inicial. Aquí se están formando los futuros profesionales, padres, madres y adultos del futuro”.
Finalmente, Miriam Álvarez, presidenta de la Junta de Vecinos de Chañaral de Aceituno, agregó que “puedo decir que esto es un orgullo porque hemos luchado para que los niños tengan educación, porque así creo que progresa un país”.
La unidad educativa se llamará “Pingüinos de Humboldt”, nombre escogido por la propia comunidad tras un proceso de participación ciudadana que buscó destacar la historia que une a la calera con la isla Chañaral de Aceituno, denominada Reserva Nacional Pingüino de Humboldt.
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